De patología en patología (al menos todavía a salvo del mortal 19) me he visto obligado a bajarle ritmo a las publicaciones de este blog. Gracias a los lectores que se han mantenido pendientes por aquí y hasta me han preguntado por el extraño silencio de estos días.

Preparándome para afrontar en fecha ya próxima una cirugía en mi ojo derecho con la esperanza de poder restablecerlo, y confiando en que el pulso firme y milagroso de mi padre (que tantos ojos intervino con éxito) guíe desde poéticas alturas a la especialista que se ocupará del mío.

Dos textos más para seguir alimentando el Tiempo. El primero, "Balance", y el segundo, "Sólo creo" (sí, con tilde, aún no me acostumbro a eliminarla, no me suena bien hacerlo, no en todos los casos, y cambiar dos sílabas por cuatro o cinco rompe cualquier cadencia).

He aquí, BALANCE. Mañana publicaré el otro, pues son de factura y contexto diferentes.

Se me dio por sonetear y me salió esto, que era primero un canto, y luego de ser soneto volvió, en aire quizá de blues, a ser canción. Canto o poema… ¿Dónde ponerlo ahora? En algún libro de prosas o de versos… En el universo profundo del letrista… Entre la sola calamidad de mis canciones…

BALANCE

Hora de hacer balance, dice el viejo

toca considerar la despedida,

años que se volvieron pesticida

sombra que no se mira en el espejo.

 

Tierna desilusión, de plaga en plaga

sabe posicionarse bien la muerte,

nada de carpe diem, ¡ay!, vida fuerte

sólo el verso de ayer nunca se apaga.

 

Sabio, justo y frontal es el olvido

a cada quien le da lo que ha ganado:

unos, eternidad, otros ni un ruido;

balance para qué, viejo que has dado

presencia a lo fugaz y a lo sentido

viviendo de verdad en lo olvidado.

 

FBA