MI CIUDAD

La Tercera Guerra Mundial está en camino. Y en Colombia nos acercamos cada vez más a las guerras civiles del siglo XIX y a la violencia política del siglo XX.

Canciones que saben esperar. Sí, hablemos mejor de canciones y no de guerras. Esta que hoy estreno la compuse y escribí hace un año, estando Montería de fiesta y yo inmerso en una huelga en la entidad donde aún laboro, exigiendo el cumplimiento de acuerdos colectivos de trabajo. Esos dos factores desencadenaron MI CIUDAD, y la guardé para darla a conocer este año, estando Montería otra vez de fiesta, en su emblemática y rimbombante Feria de la Ganadería. La huelga se disolvió a la fuerza y no logró sus objetivos. Continúa siendo cruelmente paradójico que el ministerio que dice defender el trabajo no cumple los acuerdos que suscribe con sus sindicatos, pisoteando así los derechos de sus propios trabajadores.

Pero hablemos mejor de canciones. Tenía como fecha de publicación el sábado 21 de junio de 2025 (que estará la feria, que empezó ayer, en todo su furor). Me adelanto a publicarla hoy por una razón muy especial: un 14 de junio nació mi padre, Enán Burgos Perdomo, hace noventa y nueve años o cien según su cédula, y quiero a su memoria dedicarla. Heredé de él su inclinación poética y el tono declamatorio, pero también algo mucho más importante: su conciencia social. Siempre me decía que yo llevaba la bandera, su bandera (ay, papá, tal vez no te guste ver lo que he hecho con ella en todos estos años de tu larga ausencia).

Y hablando de conciencia, aprovecho para dedicarla igualmente, in memoriam, a todos esos sueños que explotaron en el aire durante los terribles años de la violencia paramilitar. Amigos entrañables que ya no están…

Probablemente, para algunos esta no sea su ciudad, sino la maquillada y bonita que no se inunda cada vez que llueve, que no tiene cerca y lejos de su centro centenares de calles sin pavimentar, que se preocupa más por mostrarse atractiva y turística que por el desarrollo humano y las sociales carencias, que se tapa los ojos para no ver la realidad de una urbe sitiada por el desempleo, el rebusque, el hambre, las invasiones y el dominio campanero.

En fin, hablemos más bien de canciones. Digamos que no es la ciudad (cada uno de sus habitantes tendrá la suya), sino la mía, mi ciudad, como yo la veo, la vivo, la disfruto y la sufro.

Queda para el 20 o 21 de junio la otra canción de tema similar que prometí divulgar también este mes: VOLVÍ A CANTAR (versión vallenata, interpretada por Fernando Mendoza Santos), premiada con el segundo puesto en el Festival Perla del Sinú de 2019.

Un traguito por MI CIUDAD. Brindo sinceramente, con alma y corazón, por ella; porque, aunque ha progresado, no lo ha hecho en lo fundamental. Por un futuro menos gris. Sin politiqueros. Sin contratistas corrompidos. Sin discriminación cultural. Sin brechas o sin contrastes tan calamitosamente angustiosos. Con equidad. Con justicia social (así suene a discurso mamerto o progresista). Y para entonces (que esto último no sea por ahora, a ver si alcanzo a terminar todos mis proyectos imposibles) supongo que también sin mí. Pero con MI CIUDAD. Para que nunca se olvide que existió.


“Soy una ciudad

nerviosa y pensativa

que escribe y canta

cuando yo declino”.


FBA

 

Comentarios

  1. Mi ciudad hay que parrandearla, justamente, en la ciudad.

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  2. Hay que levantar una copa en honor del viejo centenario y por la aparición de "Mi ciudad"

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