DIETARIO DEL RESTO DE UNA VIDA (vigésima sexta entrega)

Enero 3 de 2023, martes, 11:31 a.m.:

Días silenciosos, ebriedad y resaca, buenos propósitos de sobriedad truncados por la invitación de mi sobrino Andrés y mi arribo, faltando cinco para las doce —coincidiendo así con la famosa canción—, donde FJ, en casa de su madre. Revoltura de tragos. Buchanan’s Master, Aguardiente Amarillo de Manzanares y cervezas varias. Pasadas las 3 a.m. del año nuevo me acompañó FJ a mi casa paterna, nos fuimos caminando con su mujer, su amiga uruguaya y el papá de Marx. Marx y su papá no se conocían, se olfatearon y algo muy familiar tuvieron que haberse percibido pues movieron colas y se comportaron de manera cariñosa. Una cerveza más para todos, Corona Extra de 269 ml, historias de Marx, risas, laguna, no recuerdo en qué momento se fueron ni cómo terminé en la hamaca. Toda la mañana y casi toda la tarde del domingo durmiendo, eran más o menos las 5 p.m. cuando me levanté a comerme lo del almuerzo, baño, coito y salida en la noche a dar una vuelta por la ciudad, parada en farmacia para adquirir dos sobres de Bonfiest Plus polvo efervescente dizque para alivio rápido del guayabo, subió la gasolina, búsqueda del establecimiento con el menor precio de la corriente, compra de gaseosa en la tienda de la 35 con 9, compra de panes en el minimarket de la 58, retorno a casa, hamaca, serie “Traición” de Netflix, llamada de EJ a su mamá, estaba tomando con otros amigos, había salido después de mediodía y no encontraba taxi para regresarse, su madre lo notó copetón y fuimos a buscarlo, lo tuvimos que esperar hasta la medianoche en una plazoleta de comidas rápidas ubicada en la Avenida Circunvalar con calle 37, cuando llamó se hallaba en la 39 con 10, media hora después pasamos por él y no había nadie, su madre lo telefoneó, estoy en Avenida Plaza, le dijo, cuando llegamos el pedido estaba en curso y tocó esperar a EJ en el carro, con Marx a bordo. Ayer despidiéndome de FJ en la mañana y de EJ en la noche, a ambos los llevé a la terminal, vacío enorme y hoy con una nueva crisis de tristeza, ganas de componer una canción que se titule así, Tristezas, entro al salón donde tengo la logística para grabar y veo la guitarra encima de la mesa, por fuera del estuche. La tomo y la rasgueo, abandonada desde el 10 de diciembre luego del festival en el que estuve concursando. Suspendo la actividad musical, decido darle una semana a la canción a fin de no componerla en situación de debilidad. Para hablar de tristezas no se puede estar triste si queremos que la estética prime más que el sentimiento.

Enero 4 de 2023, miércoles:

Almuerzo con la ausente en otro supermercado de la ciudad, par tintos, esperando las 2 p.m. para ir a la agencia de viajes que queda al frente del centro comercial, en la primera planta, debajo de un parqueadero de varios pisos. Vuelos a Lima desde Montería, días de ida y regreso, aerolíneas, escalas, precios, hoteles, hostales, Miraflores o Barranco, requisitos, se exige pasaporte y la ausente no tiene el suyo, yo tuve que sacar el mío para la maestría en literatura, toca esperar entonces, el viaje tendrá que ser en febrero y no en enero, si es que se consigue con celeridad el documento, el trámite en la Gobernación es engorroso, nunca hay citas disponibles y solo se pueden diligenciar los viernes a una hora específica, en menos de nada se agotan, se rumora que hay todo un tráfico de influencias al respecto, paciencia, el viernes intentamos, hasta para esto se necesita palanca en este país endemoniado que todavía no cambia como debiera.

Enero 5 de 2023, jueves:

Visión de ojo derecho cada vez más borrosa, qué irresponsabilidad la de la oftalmóloga que aseguró que el procedimiento había quedado bien. Bregar ahora para que se agende en febrero el retoque, esto debe ser primero y después el viaje, por obvias razones, porque el mundo de Ribeyro debo captarlo con la mejor visibilidad posible, releerlo antes de viajar, relatos híbridos pendientes, necesidad de volver a escribir en el computador, ver borroso sirve para contrarrestar la timidez, efecto parecido al de ver sin gafas, con tal inconveniente aun con gafas se garantiza por mitades la conveniente opacidad, indefensión y peligro es el reverso de la moneda, paradojas de la vida simple, seguridad por un lado, exposición por el otro.

Mensaje por WhatsApp del amigo que fue jurado de Ilusión de cumbia. El 30 de diciembre de 2022 a las 12:11 p.m., y a las 12:16 p.m. volvió a escribir. Apenado y dándome explicaciones por lo ocurrido en el concurso. No le he contestado. Suena convincente lo que dice, sé de la animadversión que me tiene el músico ilustre que se atrevió, por segunda vez, a destruirme. Sea lo que fuere, el amigo al que me refiero tampoco es de fiar. Esto ya es historia, lección aprendida, nunca más concursar sin conocer con anticipación los nombres de las personas que juzgarán mis obras musicales. Mejor dicho: adiós festivales.

Preocupación. Qué haré con mis angustias y ansiedades después del 31 de marzo. Necesitaré seguir escribiendo para poder desahogarme, pero ¿dónde?, ¿en qué proyecto? Como nunca antes, no poder vivir sin escribir. Algo me inventaré para seguir con vida.

¿Coito? Primera inclusión en este diario de un dato íntimo. Se me escapó el dato por serle fiel a la realidad. No es este un diario íntimo, lo sabemos desde el principio, pero bueno, el sexo, así no tenga los bríos de antaño debido a la edad y a la medicación, sigue estando estoicamente presente.

Enero 6 de 2023, viernes, 8:09 a.m.:

Qué cantidad de estupideces dije durante la borrachera del 31 de diciembre y año nuevo. En definitiva, la embriaguez requiere de práctica para poder medio controlar sus excesos. Tenía tanto tiempo sin pisar los predios de la ebriedad, sobre todo con compañía, que hice magistralmente el oso. En cuestiones de tragos hay que ejercitarse, aprender a dominar los riesgos. Fui todo un experto en la materia y debo recuperar esa habilidad que me sirvió incluso para hacer inteligencia (o neutralizarla) cuando anduve en vértigos políticos. Saber beber es todo un colosal aprendizaje que solo se logra en gerundio: bebiendo. Nada fácil, en todo caso, pues siempre tendremos alguna bebetina que nos haga perder la compostura. La perfecta civilidad es imposible, ni siquiera en abstemios es dable separarnos del animal que somos, si bien hay animales de bondad arrolladora e inquebrantable. Como Marx, que es mucho más que un perro. Así que a beber más para hablar menos.

Enero 7 de 2023, sábado:

Nada de cita para lo del pasaporte. A las 8 a.m. de ayer entramos a la página y ninguna disponible. Nos dicen que en Sincelejo es un trámite fácil y rápido. Tocará ir hasta allá la próxima semana. La posibilidad de viajar a Lima empieza a transformarse en inminente.

Bastante mejor hoy de la enfermedad de la tristeza. Ganas ya de grabar la voz de mi canción En desconcierto sobre la pista que me envió Juan M. días atrás. Otra canción atípica y nada comercial. Entre la muerte y la vida ha obtenido un relativo éxito y sigue sumando reproducciones en Facebook y en YouTube. La verdad, me sorprende el resultado, lo que significa que la gente puede estar cansada de tanto producto nimio y desechable. Insistir, pues, en el enredo del arte, cueste lo que cueste.

Esta noche, invitación de alas Armando a casa de su hermano alas Adolfo. No sé si esté en condiciones de acompañar a los pájaros en este primer reencuentro del año. Ayer estuve en Sahagún, volví pasadas las 2 p.m., almorcé casi a las 3 p.m. y dos horas después me fui a trotar, no hice el calentamiento adecuado y, no obstante haber hecho los diez kilómetros que acostumbro, dos más caminando y tres sprint finales, o debido a ello, el agotamiento me está cobrando hoy el sobreesfuerzo realizado, y un asuntillo gástrico aumenta el malestar. Propone alas Armando reunirnos con el fin de “planear estrategias para el desarrollo de proyectos musicales y literarios durante el año, libar un buen vino, un escocés o cerveza bien fría, todo ello adornado con notas de guitarra al son de nuestras canciones”. Pájaros de corto vuelo, así nos saluda, jirafa hablando de cuellos, le respondo, y lanzo en el grupo de WhatsApp algunas propuestas jocosas, como la de bombardear (literalmente) al Festival Perla del Sinú si vuelven a nombrar de jurado al músico que se cree Dios, un tal Julio C. No lo menciones, que eso es darle importancia, me pide alas Armando, yo le contesto que es humor, únicamente humor, que ese personaje se sepulta solo. Ya en serio, lo primero sería revivir el proyecto EN DESCONCIERTO, que luego de dos programas se quedó sin camarógrafo y sin iniciativas para retomarlo. Estos pájaros a veces trinan fuerte, a veces llegan lejos.

David Vicente, El arte de escribir (manual de escritura creativa), fructífera lectura. Al final, lo de siempre: “Olvida este manual, las normas están para romperlas”. Pero hay que conocerlas y dominarlas, la técnica contribuye y continuará siendo aplicable, me diría el buen amigo Julio P., un Julio que sí vale la pena mencionar.

Dos jóvenes escritoras cordobesas me envían sus pinitos literarios, una de manera directa y la otra a través de la ausente, de quien es amiga. Las leo con interés y respeto. Difícil dar consejos o hacer críticas, por más constructivas que estas sean. De la primera destaco el tono evocatorio, el dolor y la ternura, de la segunda el manejo técnico de los diálogos. Ambas prometen, la segunda tal vez más que la primera. Menos autobiográfica, su historia de vida es interesante: soltera, amante de los perros, da clases privadas a niños sobre diversas materias, lleva el peso económico de su casa, muchas necesidades por solventar, en su pueblo pocos saben que escribe (su madre, la ausente y ahora yo), ganas enormes de progresar, de salir adelante, se ha ganado un par de convocatorias virtuales con un cuento de terror y otro de Navidad que serán publicados en medio físico y como libro electrónico, le gusta leer pero carece de recursos para comprar libros, qué ejemplo el de esta mujer que encuentra en la escritura una forma de escaparse (de salvarse) del pequeño mundo que la encierra, sabe que tiene que irse, que en su árido terruño no hay oportunidades ni futuro. A ambas les doy ánimo, esto de escribir se consigue escribiendo y leyendo mucho, es un cliché, sí, pero es la verdad, la terrible verdad del escritor que tiene que estrellarse una y otra vez hasta encontrar por sí mismo su voz, su estilo. Asumo con ella un compromiso: le regalaré o prestaré libros, le presentaré a otros autores, la relacionaré con tres amigos de su tierra que escriben y leen, dos de ellos profesores de literatura, sé que igualmente le aportarán y se interesarán por lo que escribe. Todo un mundo por narrar, construcciones ficcionales en las que encuentra libertad y cobijo. Los pueblos nunca se enteran de los talentos invisibles que perviven en ellos.

Lucha incesante contra los viajes imposibles.

FRANCISCO BURGOS ARANGO (FBA)

(continuará)

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