DIETARIO DEL RESTO DE UNA VIDA (décima entrega)

9 p.m.:

Ensayo aplazado. Ley seca, dos pájaros enfermos (alas Paco y alas Fermín), tensión preelectoral, el rancho ardiendo. No es un buen día en verdad, y la noche no está para canciones.

Mayo 30 de 2022, lunes festivo, 9 a.m.:

Página 114 de este libro. Lo que empezó de pronto como un pasatiempo ha ido cobrando durabilidad, si bien sé que no me puedo pasar el resto de mi vida (poco o mucho) en un solo y permanente camino literario. De todos modos, aplaudan por favor. Los escucho… Bien, gracias. Sigo: Dejé un día sin escribir para hacer hoy un breve y tranquilo balance de lo ocurrido ayer en la primera vuelta de la elección presidencial. Las mafias y la derecha extrema parecen haber sido con contundencia derrotadas. Surge ahora un debate interesantísimo en torno a la calidad del cambio que se requiere. El populismo no está preparado para encargarse del animal salvaje que es Colombia. La sensatez sugeriría que no puede quedar en manos alocadas, mucho menos si esas manos están tanto o más manchadas de lo mismo que ha catapultado su éxito. Corruptos contra la corrupción. Eso solo pasa aquí. Y vaya maravilla: ¡el pueblo les cree! A mí hay cosas que me gustan de ese candidato, como lo de mandar a la mierda la pomposa ceremonia de posesión o irse a vivir a un apartamento en vez de a la gran casa presidencial. Pero uno no se puede dejar llevar por emociones ni por esperanzas alegres a la hora de tener que pensar la política con responsabilidad científica y ante todo filosófica. La razón indica, por el contrario, que el otro candidato primero en la votación de ayer con más de doce puntos porcentuales de diferenciagarantizaría mejor la permanencia de lo que tanto temen sus viscerales odiadores que con él desaparezca: la democracia y sus libertades. La llegada al poder del populismo engendra tarde o temprano dictaduras, golpes de Estado, guerras civiles, caos y criminalidad. No se puede negar que en el voto populista hay también presencia de criterios racionales, aunque prime en él una irracionalidad estrechamente ligada al estereotipo chabacán del personaje que lo encarna. Desde un principio se sabía que al final serían todos contra uno, puesto que de lo que se trata es de impedir, ¡como sea!, que una política real de cambio pueda aclimatarse en una república en la que desde hace dos siglos manda el interés particular. Porvenir cada vez más oscuro el de un país que desprecia tan horrorosamente el intelecto. Por huirle al miedo se los comerá el espanto. Bien. Me despido del tema. Suerte, parásitos de la estupidez.

3:27 p.m.:

Releo lo escrito esta mañana. Fuertecito el final. Ya qué importa, si todo parece haber quedado dicho y la suma de incongruencias se saldrá en pocos días, en segunda vuelta, con la suya. Más bien me voy olvidando de dejarme atrapar por la tentación de embadurnar las páginas de este ejercicio literario y existencial con minucias de una defectuosa expresión de la política. Que si, dónde queda lo de la política del amor, pregunta alguien. ¿Cuál amor? ¿No somos acaso animales y el odio es lo que mejor nos luce?

Pequeña felicidad la de irme con la ausente a una cafetería por par tintos a vernos las carátulas y acompañarnos un rato. Llevarme el libro de turno (en este momento, tres en realidad: Las respuestas del mudo, de Ribeyro; La vida me vive amargando la vida, de David Betancourt, y El peligro de estar cuerda, de Rosa Montero), pensar en adquirir los Cuentos completos, Trilogía involuntaria y Diario de un canalla, de Jorge Mario Varlotta Levrero, al igual que Retrato del artista adolescente, de James Joyce, y La interpretación de los sueños, de Sigmund Freud. Ya va siendo hora de que Sigmund Javier entre en acción.

Junio 2 de 2022, jueves, 7:49 a.m.:

Dos días sin escribir. ¿Dónde estuve? ¿Qué hice? Cartas de Rilke a un viejo poeta. Pudiste vivir sin escribir, qué bien, vas por buen camino, mejorando, sigue así. Toda la noche recibiendo clases de una maestra extraordinaria como de otra época, siglo dieciséis, diecisiete o dieciocho, y viendo, por instrucción de ella, una película infantil que quedó inconclusa. Había también un león enorme en la entrada de una ferretería, la forma de saludarlo era metiendo la cabeza en su boca, él apretaba cariñosamente sus mandíbulas y la cabeza salía intacta, agradecida, pendiente, además, la mía de una silla nueva de escritorio, ergonómica, que debía portar, buscándola después por todas partes al haberla dejado olvidada en algún sitio. Por último, me vi siguiendo a la profesora en aulas y auditorios con el fin de obtener de ella el secreto central de la escritura. Hasta que la encontré y tuvo un muy corto tiempo para mí. Todos han sido mis alumnos, murmuró, y la muy solapada, ayudándose con su bastón, se escurrió de mi vista sin pronunciar una sola letra más.

2 p.m.:

Turpial y papayero, Plácido y NN, uno con comida pero enjaulado, el otro libre y comiendo migajas, uno socialista, el otro capitalista, este último goza de poder volar libremente pero está expuesto a peligros y a tener que rebuscarse el alimento. ¿Cuál de los dos preferirías ser tú?

Junio 3 de 2022, viernes, 6:40 a.m.:

Continuación de una compra onírica ocurrida hace varios meses, una moto de alto cilindraje, cuota inicial cancelada, saldo a tres cuotas, dos ya pagadas, entro al sueño y me acuerdo del negocio, voy con el faltante en efectivo por la moto, en gallada de motoristas de la cual hacen parte mi hijo mayor, mis tres sobrinos y el amigo Rodolfo F. para que se haga pasar como mi fornido abogado en caso de algún inconveniente jurídico, pues la entrega se ha dilatado sin justificación alguna, mi hijo mayor está aún pequeño pero ya maneja una Suzuki 650, después de esta vuelta debemos ir a su colegio a matricularlo y de ahí a la oficina donde trabajo, en la que tengo que estar a más tardar a las 2:30 p.m. para atender una diligencia administrativa. Nada de moto, creí que era una de color azul claro que estaba en la zona de taller del establecimiento, de lejos se veía bonita, de cerca sucia y usada, el administrador, un policía pensionado, me propone devolverme el dinero a seis cuotas, se forma el mierdero, un enano, que no sé de dónde salió y es amigo de mis tres sobrinos, reparte trompadas a diestro y siniestro, total que me quedo sin moto y pierdo la plata, qué mal negocio, pienso en el baño, viendo a un ojo morado mirándome en el espejo.

11:18 a.m., cita de psiquiatría:

Esperando para entrar a consulta. Escondo el libro de turno en la mochila con el fin de que la doctora no lo vea. En los libros que leo radica, según ella, gran parte de mis males. De peso y presión ando bien, y desde ayer bastante mejor del vértigo. He seguido uno de los remedios que se recetó Levrero: beber mucha agua. Me llaman, me dirijo al consultorio, entrando va saliendo la doctora, adelante, ya vengo, me dice, primera vez que la veo de pie y de espaldas, qué bella es mi doctora, camina con gracia y sensualidad, entro, me siento, la espero, mientras tanto empiezo a escribir en el Word del celular, llega, se sienta, qué más, cómo vamos, bien, doctora, con una cicatriz en el cerebro pero todo bajo control, qué bueno, debes empezar a aprender otra vez, ¿cómo así?, usar más el lado izquierdo, ah, hacer lo que llaman pilates, sí, exacto, me da algunos ejemplos, una razón más para votar por la izquierda o por lo que queda de ella, voy a apagar este chócoro, tengo un dolor en la espalda desde ayer y el aire acondicionado me lo alborota, tranquila, doctora, apáguelo, se para de la silla para hacerlo, apunta con el control y su belleza de frente y esbelta me deslumbra por completo, al rato ella escribe en su computador y yo en mi celular escribo “me deslumbra por completo”, me repite la medicación y les envía saludos de Dios. Es de veras muy linda mi psiquiatra. Acudiré a sus citas con más frecuencia. Me pregunta si quiero la siguiente y la orden de medicamentos para tres o seis meses, y yo, que aborrezco estas visitas médicas, no dudo al responder. Quedamos en tres meses.

4:50 p.m.:

Reencuentro con Iván A. ¡Qué alegría tan hijueputa! Abrazo a prueba de virus. Más de tres años sin vernos. Las calles tienen una felicidad incomparable. ¡Mi hermano!, ¿desde qué lugar del mundo llegaste ahora? Hace dos meses vine y en un mes me vuelvo a ir, me notifica con una sonrisa de oreja a oreja. Hoy en El Mora, mañana en Oslo, Budapest o donde el amor lo lleve. Como aquel otro amigo, Ricky P., que viajaba a Barcelona como ir de Montería a Mocarí. Pero esto ya lo escribí en Prosas para romper la felicidad, excusen la repetición. Iván hace lo propio. Hoy lo vemos pedalear en la modesta y sucia 39 sinuana y mañana en una amplia y límpida avenida de Helsingborg. Me late que esto también lo escribí antes, así que me excuso de nuevo. De lo que me privo por no salir a recorrer las calles, mis putas y aguerridas calles. Me divierten mucho este par de amigos viajeros, porque me recuerdan que yo escasamente me alejo de mi entorno. Este diario es prueba irrefutable de ello, lleva más de ciento quince páginas y todavía no hay un solo registro que lo haya traspasado. Y como está tan de moda electoralmente hijueputear y vivir sabroso, nos vemos luego, me dice Iván, ese negocio que está allá en la bomba es de mi tía Susana, lo estoy administrando, llégate más tarde, listo, más tarde te caigo, voy a estar un rato en “Fuego en el 23”. Y aquí estoy, en efecto, intentando desentrañar de la música salsa su furiosa poesía y empezando a escribir otra de mis odas, esta vez sobre el sagrado arte de hijueputear. ¿Vivir sin tanta sabrosura califica para aquello de vivir sabroso?

9:12 p.m.:

Salvajada. Así le llaman a una picada para dos personas. De picada no tiene nada, puesto que la sirven en forma de pirámide, y de que engorda, engorda. Últimamente escribo sobre cualquier cosa. Nimiedades, tonterías. Es una de las críticas que se me hacen. La acepto engreído. Finalmente, la vida está llena de este tipo de episodios rutinarios, y la literatura no tiene por qué mostrarse indiferente. Bobadas acabamos escribiendo todos. Aunque lo de comer comida chatarra sea hoy una excepción, meses sin hacerlo, eso trae el retorno a las correrías, desorden físico y alimenticio, pero bueno, qué placer no nos endosa sus percances.

Junio 4 de 2022, sábado, 8:56 a.m.:

¿Habrá ensayo hoy? Con esos pájaros del desencuentro nunca se sabe. Alas Paco propuso un nombre para el acto: EN DESCONCIERTO. Trina bien la cosa, me gusta, alas Paco y yo a veces coincidimos.

11:37 a.m.:

Regadera, agua chocando con el piso, hebras despeinadas, cascada de deseos, silencio de pies acercándose, una toalla amoldándose a un cuerpo, hay algo en el ambiente que acuchilla, un clamor de sexos, amores, precipicios.

5:23 p.m.:

Toda la semana se habló de fraude electoral, de acción de tutela para contrarrestarlo, de pruebas encontradas en el escrutinio, de que no habría segunda vuelta. Nada ha sido revertido, bulla de redes sociales que tienen hoy campañas de lado y lado exacerbando los tópicos del contrario, nada de ideas ni de debates, es un triste espectáculo de trapitos sucios al sol.

6:09 p.m.:

Una artesanal para recibir la noche. Lo de los pájaros sigue siendo postergado, es su condición natural, ni a tiempo ni a destiempo.

7 p.m.:

No saldré esta noche. Me quedaré escribiendo en casa. Anuncio que luego de publicar esta décima entrega del dietario me tomaré un descanso. Sus lectores (si es que los tiene) también se lo merecen. Por supuesto que lo seguiré escribiendo, pero su divulgación no será inmediata. Al menos así será por unos días, excepto alguna rara e irrebatible petición del público. No descarto que algunos quieran saber en qué irá a parar todo esto y hayan venido leyéndolo desde su inicio. Escribir un diario es peor que escribir una novela, ya que el fin es incierto y no existe la menor idea de qué pueda suceder en él. No hay nada planificado, es el día a día como venga y toque vivirlo. Es tiempo de dedicarme a obtener una versión aceptable de Santo remedio y a concluir Versos lesos e ilesos. Los relatos híbridos del primero requieren de varias cirugías, los puse en remojo y me olvidé de ellos para enfrentarlos después con frialdad y distancia. Unos salen, otros entran. Los textos del poemario están por expirar. Empezaré esta noche con el libro de relatos, ha transcurrido año y medio desde que recibí los consejos de un amigo escritor, y siento que me llegó por fin la hora de terminarlos de dañar.

8:37 p.m.:

Se aproxima el primer viaje de este libro. En dos o tres días estaré en ruta e iré cambiando de lugar. Esto dificultará la publicación semanal que hago en el blog donde también deposito las entregas periódicas del diario, sitio web que rebauticé días antes de comenzar a escribir el Dietario del resto de una vida con el ahuyentador título de SOLO PARA FRACASADOS, en homenaje al Sólo para fumadores de Ribeyro. De ahí que sean pocos sus lectores. Los exitosos abundan, los fracasados escasean. La escritura saldrá asimismo de viaje, mas no se detendrá. Su esencia es el camino. Su voz el horizonte.

FRANCISCO BURGOS ARANGO (FBA)

(continuará)

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