EL MUSICANTE.

Dejemos a los muertos descansar en paz y volvamos a la música.

Turno para: COMO EL SINÚ, en aire de paseo. Con esta canción aspiraba a concursar en el Festival La Hamaca Grande de Cartagena. Pocos años duró aquel evento alternativo que tuvo en Édgar Cortés Uparela uno de sus principales impulsores. No resultó tan alternativo ni tan especial después de todo, cuando una canción como “Herencia negra”, del cantautor Joaquín Rodríguez Martínez, fue menospreciada en la ronda final de una de sus versiones.

Pero bueno, ya se sabe que en estos concursos prima más lo externo que lo interno. Huelgan los comentarios.

En esta canción está presente otro de mis muertos queridos, Agustín Aislant Gil, amigo inolvidable de San Martín de Loba-Bolívar que murió de leucemia en La Heroica cuando apenas empezaba a recorrer su cuarta década de vida y el tercer milenio prodigaba sus dos primeros años.

En estos días he estado dándole vueltas a una idea que se me ha dado por llamar “el virus del deterioro”, el de la vejez, con el cual nacemos y que, aunque se trate de un proceso natural y biológico, me atrevería a pensar que no tiene en realidad mucho que ver con el tiempo en tanto convención, sino con la ultimidad de la muerte como portadora de algún insólito y cíclico resurgir… Bien ponderoso este tema. Ya escribiré sobre él. Hoy no. Hoy es día de retomar la música y de alegrar corazones.

La grabé hace unos años en casa, con armónica y guitarra sobre una base rítmica y yo mismo, autor de letra y música, la canto. Ciento por ciento, FBA.

Noche sabatina: sobria y sitibunda. Una caravana de motos recorre ruidosamente el barrio celebrando un triunfo futbolístico de la Tricolor; salgo a contemplarla, flamean las banderas y divago en algo así como que todavía no se comprende que lo que está de verdad en juego es la supervivencia de la especie.

Dejo la letra de la canción, por si alguien se anima a tararearla.

COMO EL SINÚ (Montería, 18 de mayo de 2012):

1

A un coro de palmeras lo saluda

la luz de otro universo encantador 

que viene del Sinú donde la luna

te manda con el sol esta canción;

para que tú la cantes, Cartagena

y la bañes con sombras de emoción,

pídele a ese Caribe que te quema

pasearla en su acuarela del dolor.

 

Y si me exiges pruebas de mi tierra

yo soy capaz de honrarte sin mentir,

no soy color de falsa primavera

soy corazón de un cálido existir;

porque a tu historia se suma la fiesta

que al recordar resalta esa virtud

de tradiciones, ritmos y leyendas

con un clamor de eterna juventud.

 

Coro:

Cuando una hamaca me mece soñadora

siento aguerrido la nostalgia del ayer,

nunca me dejo vencer por las auroras

ni por la ausencia del amigo que se fue.

 

“Siempre soy como tú

candente y especial,

rebelde como el mar

fiel como mi Sinú” (bis).

 

2

Vengo buscando sones y sonetos

que tercien a favor de mi expresión,

que “El Tuerto” López me oiga en Tumbamuertos

o donde se encuentre ese gran cultor;

te traigo esta pasión que da la vida

por defender tu fe, un mundo mejor,

allá ese vallenato que te olvida

no hay como respirar nuestro folclor.

 

Y no me canso de aplaudir la fiesta

que hoy nos convoca en paz para vivir,

hemos venido músicos, poetas

a homenajear la forma de sentir;

de un universo que goza y se muestra

con armonías de fina plenitud,

son tradiciones, ritmos y leyendas

es mi canción que vibra como tú.

 

Coro:

Cuando una hamaca me mece soñadora

este amor mío canta y sabe complacer,

y nunca llora por penas ni por modas

aunque le duela el amigo que se fue.

 

“Así es la hermosa luz

que suelo yo entonar,

rebelde como el mar

fiel como mi Sinú” (bis).


FRANCISCO BURGOS ARANGO (FBA)

Audio de “Como el Sinú”:

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