EN OTRAS VOCES.

Empiezan a responder los invitados. Al de hoy me complace mucho tenerlo por aquí. Supe de su existencia gracias a Daudet Salgado Brun, quien me comentó que un amigo suyo, también declamador, tenía algunos textos de mi poemario “Cantando a Destiempo” en su repertorio, en especial uno que escribí a raíz de mi participación en el II Festival Internacional de Poesía del Caribe, “Poema-Río”, Barranquilla, septiembre de 2009 (“Después de un festival de poesía”).

Tiempo después nos conocimos fungiendo ambos como jurados de un concurso de declamación en Sahagún. Una de las noches de aquel evento nos fuimos de juerga y de guitarra, con variedad de poemas y canciones. Escuché su voz paseándose por mis letras con cadencia y estilo. Y por las de un poeta al que le profesa rotunda admiración: Ciro Mendía.

En 2016 publicó su libro DIARIO DE UN DECLAMADOR, incluyendo en sus páginas tres frutos míos del poemario precitado. Lo acompañé en el lanzamiento del libro el 20 de octubre de 2016 en la Cámara de Comercio Aburrá Sur, en Itagüí-Antioquia, acto que contó con nutrida asistencia, en el que tuve la oportunidad de leer algunos de mis textos.

Les estoy hablando de JOSÉ FERNANDO CANO OROZCO, maestro y amigo, natural de Jardín-Antioquia, con larga y exitosa trayectoria como declamador, memoria prodigiosa, prolífero conversador, conocedor de poesía como pocos, premiado en festivales y gestor cultural muy apreciado.

Le agradezco a José Fernando que el audio que me envió empiece con “Paternal”, poema al que me referí en la publicación sobre el amigo Rodolfo Flórez. Fue su iniciativa. No sé si habrá leído la prosa algo elegíaca con la que intenté sobrellevar la muerte de este hermano de infancia y adolescencia. Mil gracias por esta selección de “Cantando a Destiempo” que en su voz adquiere armoniosa vitalidad.

Los dejo con su voz y su alma.

Pero antes, un parte de proeza: las calles y plazas de Colombia siguen en su lucha. La represión oficial ya fue ordenada. Las cifras de muertos, heridos, capturados y desaparecidos se incrementan, el régimen saca pecho, pero el pueblo aguanta y eclosiona. No me oriento por noticias de redes (desmanes y desinformación hay de lado a lado). Baste con saber que los jóvenes que hoy claman por un mejor país se merecen eso y mucho más. Confiemos en que sus presuntos negociadores no traicionen la grandeza histórica del grito libertario.

Los alientan desde aquí estos tres versos finales de mi desolado “Paternal”:

“Qué duro es el camino libertario / solitario e incomprendido el vivir / y esta vida tardía que me diste sin fin”.

FRANCISCO BURGOS ARANGO (FBA)

Audio (JOSÉ FERNANDO CANO OROZCO):