EL MUSICANTE.

Pretendía para hoy la segunda entrada del segmento EN OTRAS VOCES. Pero los invitados no han respondido al llamado cordial de la poesía. Quizá mis versos no se ajusten a los cánones que tanto se repiten en los concursos de declamación, como tampoco su tono se preste para el dejo monocorde del declamador en serie. La rima y la métrica no son lo mío. A la postre, mis versos son de calle, y de calle serán entonces las voces que los reciten o lean. No “gozar” de fama tiene sus ventajas, como esta de salvarlos de convertirse en plausible e inocua notoriedad. El verso libre carga una doble dificultad: su escritura y su lectura. No es tan fácil como se cree. Borges sostenía que era mucho más difícil que las formas clásicas. A lo mejor el verdadero destino de mis textos-poemas sea el de ser encontrados y leídos de noche en una biblioteca sin libros del futuro.

Me proponía también escribir algo sobre la soledad y el desperfecto. O contarles la historia de mi DT-125, orgulloso propietario que soy de una motocicleta Yamaha, modelo 1995, cuya cuota inicial pagué con el dinero obtenido en un concurso de cuento universitario. A mi cuento “Cuando la muerte ama” le debo la aventura de tenerla. La muerte me consiente tanto que me premió con semejante bestia. Desde entonces, esa coqueta y peligrosa señorita me acompaña. Sigo siendo el único dueño de sus ruidos. Muchas historias vividas al filo de sus llantas… Es ella la protagonista y se merece el homenaje. O mejor: le daré voz, tal vez se vuelva un cuento narrado por ella misma. El libro que estoy reescribiendo (SANTO REMEDIO) le quedaría perfecto. Tendré sí que estar atento para matizar sus fechorías.

Démosle hoy cabida a la música.

Título: OASIS.

Otra de mi sembradío (letra y melodía). Algunos ya la conocen (cuando la publiqué en YouTube y en Facebook). La rescato aquí con el video que hice en aquella ocasión. A seguido del canto está el texto, ambos en mi voz. Un amigo me regañó hace unos días por haber eliminado mi canal de YouTube. Pienso revivirlo. Mal que bien, tenía sus seguidores; pocos, pero significativos. Espero poder recuperarlos. Toca empezar de cero. Así como regresé a Facebook disfrazado de Martín del Castillo. Aunque más que un disfraz soy yo sin mí.

Escribí el texto "No ha nacido aún" en 2014; hace parte de mi poemario EN LIBACIÓN SOLITARIA, publicado en Amazon en julio de 2020. Muchos días después, por circunstancias de la vida, surgió este canto, OASIS, que venía dándome vueltas de tiempo atrás.

Ni se les ocurra felicitarme: no soy abuelo ni estoy por serlo, pues mis dos vástagos (de 31 y 28 albores) no han proyectado todavía lo de incorporarme a la última edad.

Es solo una canción que escribí para muchos años después, cuando seguramente no esté yo para cantarla. Texto y canto confluyeron en que será una nieta (y no un nieto) la depositaria de mi legado cultural. Sospecho que tarde o temprano ocurrirá lo contrario. Por lo del destiempo. Por lo del revés.

He aquí su muestra bohemia, no sin cierto tufillo de terneza y sentimentalismo religioso en su letra. Me gustaría cambiar algunas de sus frases (quitarles lo dulce, lo bonito, lo angelical), pero debo respetar el contexto que contribuyó igualmente a que esta canción cobrara vida: OASIS se llama también EMILIA, nombre que lleva la nieta real del amigo Fernando Mendoza Santos, quien la canta versionada como paseo vallenato (circula en sus redes con ese nombre). Lo único que cambia es el título y que en las dos veces que aparece en su letra el vocablo “niña” se reemplaza por “Emilia”. Yo mismo hice y autoricé esos cambios.

Fernando me habló de la proximidad de ser abuelo por primera vez, de la felicidad que tenían todos en su casa, no le prometí nada, soy pésimo para hacer canciones por encargo o más bien no me gusta hacerlas (hasta tengo experiencias amargas con un par de canciones sobre las cuales no se me otorgó crédito alguno, una de ellas anda todavía en YouTube con casi 34.000 vistas), pero en cuestión de esa misma nada letra y melodía me fueron sorprendiendo, pensando tanto en su historia como en la mía, sobre todo en mi hipotética nieta de “No ha nacido aún” en 2014 (ni en 2021). La terminé en Montería el 19 de noviembre de 2018. Casi que en un santiamén. Y se titula OASIS, que es, valga aclararlo, su nombre original y el texto que contiene es el definitivo. Los Derechos de Autor deben ser preservados (tanto de “Oasis” como de “Emilia”; se trata en realidad de una sola canción que se puede interpretar de dos maneras, así figura incluso en la letra registrada). Queda así develada la historia de esta canción, en respuesta a amigos y familiares que, algo confundidos, me han preguntado al respecto. Cabe agregar, para evitar suspicacias o maledicencias, que no hay ningún tipo de problema en ese sentido con el amigo Fernando. Ambos lo tenemos claro. No pueden ser dos canciones distintas, ya que solo varía lo mínimo que anoté arriba. Y en el muy improbable caso de que lo fueran, sería yo el único irresponsable de haberlas traído al mundo. Tengo otro audio de “Oasis” en la voz de Fernando y con la misma pista del paseo vallenato que acompaña a “Emilia”. Huelgan más comentarios.

Cambio de tema para finalizar.

Continúa creciendo la protesta social en Colombia, y con ella la desinformación en todo sentido, ya no se sabe qué es verdad y qué no lo es, los disturbios suben de intensidad, los análisis se multiplican, el paro adquiere niveles de abstracción impresionantes, el Gobierno tambalea, la violencia fluye en todos lados, los jóvenes son despojados de sus ojos y sueños, y los sueños de sus jóvenes. Colombia es una tierra amarga, sin paz y sin memoria.

Oasis de fugacidad. Oasis de resistencia.

FRANCISCO BURGOS ARANGO (FBA)

Ñapa: Audio en MP3 de “Oasis”:


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