DOS EN UNA…
VERSOS ADVERSOS.
Va esta vez sin audio, solo el texto. Algo que escribí para el poemario que continúa su curso con el mismo nombre. Autocrítica y realidad. De vez en cuando viene bien sufrir.
CUENTO
Érase una vez un escritor
Que se creyó
poeta
Se llenó de
versos blancos
Dizque
sueltos o libres
Y ni libres
ni sueltos
Y más prosa
que verso
Y más pus que
poesía
Érase después un escritor
Que se creyó
cuentista
Se llenó de
historias tristes
Dizque tramas
y agarres
Y ni agarres
ni tramas
Y más verso
que prosa
Más excurso
que cuento
Érase entonces un escritor
Que se creyó
escritor
Se llenó de
sueños leves
Dizque
sombras y cruces
Y ni cruces
ni sombras
Y más hiel
que novela
Y más cal que
escritura
Érase finalmente un cuento
Que se creyó
su cuento
Se llenó de
ilusas glorias
Dizque
aplausos y exordios
Y ni exordios
ni aplausos
Y más noches que soles
Y más tardes que lunas
EL MUSICANTE. Turno para NUESTRO AMOR. Sucede que tarde o temprano perdidamente te enamoras, eliges el amor difícil (o más bien este te elige a ti por tú portar excepcionales condiciones para gozarlo y padecerlo en plenitud), te enredas, te comprometes, sumas placeres y cansancios, te obsesionas, el peligro acecha, las dudas te devoran, y entonces peleas, te reconcilias, te hundes, flotas, tienes hijos, pasa el tiempo, tienes que trabajar, toca serenarse, años de relativa paz y felicidad, el amor sorpresivamente fortaleciéndose, puesto mil veces a prueba, resistiendo toda suerte de embates y problemas, es fruto ello de su conflictivo origen, eso piensas, hasta que un día, muchos más años después, te percatas de que han empezado a desaparecer sus más deliciosas amarguras. La vejez se acerca, y con ella seguramente el desaliento.
NUESTRO AMOR fue (un sábado cualquiera, guitarra cerca, mañana calurosa) la respuesta musical a una sensación que preocupaba. Recuerdo que ese mismo día, por la tarde, la canción estaba lista, llamé a su dueña, no le expliqué nada, solo le dije: “escucha esto”, y ella lo escuchó medio riéndose, medio absorta, medio enamorada, le gustó, le tocó el alma, lo vi en sus ojos, ella profundizó en la transparencia de los míos, sonreímos, convivir volvió a ser esa noche formidable, “me había dado cuenta, no te había dicho nada, pero sí, lo sabía”, palabras tan suyas y tan mías que brotaron del desamor con la ilusión de un beso. La música tiene el poder de agigantarnos. Desde entonces, ha seguido el amor creciendo sin fatiga. Basta con recordar algunas de sus cruces para creer de nuevo en la magnitud de su condena. Su futuro depende en gran parte del pasado.
Meses después subí la canción a mi canal de YouTube, obteniendo muy buenos comentarios. Hasta que otro día, revisando el canal, observé un solitario “no me gusta” precisamente en NUESTRO AMOR. Para qué fue eso. De todo lo ahí publicado, solo esta canción había recibido una espantosa negativa. ¡Increíble!, habiendo otras que quizá sí lo ameritaban… ¿Quién habrá sido? barajé posibilidades, llegué a tener varios sospechosos.
Lo cierto del caso es que ese “no me gusta” precipitó mi decisión de eliminar mi canal de YouTube. No le temo a las críticas, todo el que publica se expone a ellas. Pero hay cuestiones especiales que uno debe ante todo preservar. Lo que de verdad se quiere, por ejemplo.
Ser demasiado radical es uno de esos defectos míos que, para bien o para mal, tendré siempre que cargar.
Espero que, en esta oportunidad, NUESTRO AMOR no me obligue a evaporarme del todo.
FRANCISCO BURGOS ARANGO (FBA)
Audio de “Nuestro amor”:
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