SÁTIRA DEL ADIÓS...

Hora de volver al ruedo. Al de este solitario blog.

Ya me retiré de las redes sociales y también de críticas y líos en torno a la mafia voraz de la cultura. Las roscas culturales son inacabables, a lo sumo una reemplaza a la otra, y así sucesivamente y todos tan felices. A la postre, qué importa que lo sean, no dejan de ser "nimias hostilidades", como las califica Zweig refiriéndose a Balzac, ajeno a ellas gracias a una pasión propia de su gigantesco rumbo.

Sobrevivir durante tantos años a una enfermedad que a ratos descontrola, tiene que servir al menos para asumir lo que quede de vida con la más apacible de sus ansiedades. Y en el más absoluto de los anonimatos.

Años que suman y restan por igual. El amor perdura, la amistad se evapora (está en su naturaleza), vivir es toda una maratón de desperdicios, en cada nueva mañana se asoma un sol lunar, y en la noche vuelve a comparecer la luz que nada arropa.

El Derecho de Petición cuya desazón procedo a transcribir, fue la última de mis luchas estériles por un mejor destino. Contó en el momento con el fervor incondicional de tres tertulianos de música y poesía. Fechado el 6 de marzo, debidamente firmado (como se dice en el argot jurídico) se radicó poco antes de que nos condenara a prisión este virulento 2020. No ha sido respondido. Como que se lo tragó la pandemia. O quizá tácitamente sí, en contra de lo que ilusamente se pretendía, pues el evento en cuestión repetirá, en días próximos (esta vez en modalidad virtual), su consabida gloria (andan ya en la previa), al parecer con igual programador y su encopetado séquito de ruidos. Se sabe que los gobiernos que prometen cambios terminan, por lo general, siendo peores. ¿Acción de Tutela? ¿Para qué?; a estas bajuras decidí olvidarme –por salud mental– de todo lo que contenga vicio y arrogancia. Aunque, repensándolo bien, no estaría nada mal que se obligue a un burgomaestre a respetar los derechos fundamentales. Sólo por eso valdría la pena, pues a la cultura que se la siga llevando el Patas. O mejor, el Putas, este sí que sabe cómo lubricar en útil contubernio.

Dejo aquí la petitoria, como un recuerdo más de otro de mis grandes y exitosos fracasos. ¿Qué sería de mi vida sin la fiel decepción? Nunca dejaré de reírme de las pomposas ferias, especialmente ahora, que tendré la oportunidad para hacerlo sin que nadie se entere.

Sátira del adiós, tensión de burladero.

FBA


Montería, 6 de marzo de 2020

Doctor

...

Alcalde

Municipio de Montería

Ciudad

ASUNTO: FERIA DE LA LECTURA DE MONTERÍA “UN RÍO DE LIBROS”

DERECHO DE PETICIÓN

Reciba un cordial saludo.

En ejercicio del Derecho de Petición, consagrado en el Artículo 23 de la Constitución Política de Colombia, Ley 1755 de 2015, normas concordantes y reglamentarias, nos permitimos solicitarle se nos informe, con el correspondiente soporte documental, todo lo relativo a “presupuesto y costos” de las cuatro (4) versiones del evento indicado en el asunto de este oficio, año por año, detallando, además, lo cancelado a su Programador (...) y a cada uno de los participantes invitados a los mismos (conferenciantes, conversatorios, lecturas de poesía, lanzamiento de libros, charlas educativas, presentaciones musicales, entrevistas, etc.) tanto locales y regionales como nacionales e internacionales.

Hemos sabido, por ejemplo, que, a los invitados locales (no obstante gozar del privilegio de tenérseles al menos en cuenta, pues son más los excluidos y desplazados) se les cancela una suma irrisoria, y algunos hasta han tenido que rogar o mendigar para que se la paguen. Es decir, una feria del libro pensada más en función de la farándula (de la farándula literaria incluso, pues también la hay), para llenar auditorios, en eventos costosos que poco o nada tienen que ver con libros ni con lectores, mucho menos con incentivar la lectura; un río, por consiguiente, con mucha pompa y poco fondo, con mucha pedrería falsa y casi nada de su glorioso barro.

Entendemos que el Gobierno Municipal que usted preside, bajo el lema de “Ahora la Gente”, está, por supuesto, muy interesado en seguir apoyando las iniciativas culturales en nuestra ciudad, siendo la Feria de la Lectura una muy importante sin lugar a duda. Pero lo que no entendemos es cómo el Gobierno del “CAMBIO” esté pensando (por lo que hemos sabido) en ratificar como Programador (nuevamente exclusivo y excluyente de dicho evento) a la persona que lo ha “liderado” durante los cuatro años anteriores, quien no se ha caracterizado propiamente por implementar criterios culturales democráticos, participativos y de inclusión. Basta con ver la Programación de cada uno de esos años para notar cómo se repiten, en gran medida, personajes pertenecientes a dos o tres grupos culturales, y otros del orden nacional que parecen tener también escriturada su participación anual en la feria del libro monteriana.

En suma: “Un río de libros” en cuyo curso solo caben los amigos del Programador, o, para decirlo con palabras menos fuertes, quienes están en la órbita de sus relaciones y conocimientos, o se corresponden con su particular visión y con sus mutuos intereses.

“Una ciudad que fue oscura y que hoy brilla con una visión cultural moderna”, afirma el citado Programador para que asistamos a su evento en una de las versiones anteriores. Pero lo que ignora dicho Programador (o lo pasa por alto intencionalmente) es que esa ciudad oscura a la que se refiere sigue, muy a su pesar, siendo oscura, y tiene también sus voces culturales, visiones contrarias, críticas, atípicas e independientes, sin pertenencia a grupos ni a colectivos, quehaceres individuales que se ubican en la periferia, en la marginalidad, en la diversidad, en esa otra cara de la modernidad que, por más que se oculte, ahí está, latente e imperecedera. Esa otra Montería cultural que un gestor-programador que reside en Bogotá y que se codea con las élites culturales del país, no logra ni quiere obviamente ver, de seguro obnubilado por esa luz cegadora y ultramoderna que lo limita y empequeñece.

Montería, en efecto, es una ciudad en la que las distintas expresiones culturales han ido creciendo de manera sorprendente, especialmente en jóvenes, y se supondría que espacios como los de la feria de la lectura serían los indicados para generar acercamientos y reivindicaciones en términos asimismo de equidad social, para que la “GENTE” tenga de veras su “AHORA” también en lo cultural, para que el “Gobierno de la Gente” no sea en lo cultural el gobierno de unos cuantos privilegiados, como ocurría en administraciones anteriores.

Por eso, respetado Alcalde, desde nuestra condición artística y ciudadana elevamos ante su Despacho esta preocupación sobre la que muy pocos, por cuidar intereses y amistades, se atreven a opinar. Lo hacemos, por supuesto, con ánimo constructivo, pues más que señalar a una persona (contra la que no tenemos nada en particular) lo que queremos es advertir que el manejo de lo cultural debe ser abierto, transparente y democrático, no una “rosca” de egotismos y mezquindades. Cultura que no se oxigene, más allá de cómo la conciba un gestor cultural determinado, está condenada al estancamiento, a la putrefacción y al olvido.

Nos suscribimos con la esperanza de que sabrá Usted darles buen cauce a estas inquietudes, para que la V Feria de la Lectura de Montería “Un río de libros”, si llega a realizarse, bien con ese nombre o con otro, no sea otra vez el escenario de la repetición y del beneficio personal. Y que conste: no pugnamos por nosotros, sino por tantas otras voces que circulan en el arte alternativo y que no han tenido hasta ahora espacio alguno en los eventos culturales de la ciudad.

El objeto del presente Derecho de Petición está más que claro, al igual que las razones en que se funda: buscamos conocer cómo se ha gastado el dinero de la cultura en administraciones anteriores, concretamente en el evento que nos ocupa; qué recursos públicos se tienen destinados este año para la realización de su quinta versión; solicitamos que se designe un grupo de gestores o programadores con diversas ópticas y perspectivas del tema cultural para que se ponga al frente de esta; se nos informe igualmente qué se tiene pensado, desde la actual administración municipal, frente a la feria de la lectura y otros eventos culturales que se han venido realizando en Montería de tiempo atrás, como el Festival Perla del Sinú, por ejemplo. Ninguno de estos eventos es propiedad privada de nadie. Una sola visión, una sola fórmula, por más exitosa que en apariencia resulte, no es sana para el desarrollo cultural ni para el progreso urbanístico y humano de ninguna ciudad en el mundo.

Por fortuna, existen en Montería un número considerable de personas que bien podrían encargarse de proyectar el tema cultural hacia nuevos derroteros. El panorama cultural es bastante amplio, tanto en lo local como en lo nacional. Hay enfoques, personas e innovaciones a los que se les debe dar continuidad, pero como resultado de un debate franco y pleno entre distintos actores, no como consecuencia de imposiciones unilaterales, convenientes y caprichosas.

Atentamente,        

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(omito nombres y otros datos propios del derecho de petición, por ser este un espacio literario y no jurídico) 

 

 


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